PAN DE CALABAZAS

  Receta fotocopiada por la tía Gabriela

La tía Gabriela es uno de los mejores personajes de la familia a la hora de intentar lidiar con la tecnología. Mejor sería decir a la hora de desestimar cualquier utilidad que pudiera brindarle el progreso. Será por eso que mientras estudiaba en Alemania, generosamente y a sabiendas de cuánto me gustan los panes caseros, buscó y me envió esta receta. Lo mejor de todo es que lo hizo vía correo tradicional, el del sobre y la estampilla, luego de haberla fotocopiado de algún libro. Lo increíble es que podría haberla scanneado para enviarla por correo electrónico, pero al no tener ni la más remota idea de cómo se lograba semejante milagro, firme en su propósito, se tomó todo el trabajo del mundo para que me llegara. Por eso, yo la quiero más que mucho. Mucho Mucho MUCHO.

Es ya famosa la anécdota de la oreja de Gabriela, pero no está de más documentar el evento por escrito, aprovechando la receta del pan de calabazas.

“Érase una vez una dulce niña que buscaba algo dentro de la heladera y al conseguir su cometido, como toda niña obediente, decidió cerrar el electrodoméstico, con tanta mala suerte, que parte de su oreja derecha quedó atrapada entre el burlete y la puerta misma. Esto quiere decir, que cerró la puerta con su oreja adentro!!!!!”

 

Ingredientes

·       1 bolsita de 7 gr. De levadura desecada (o el equivalente en levadura fresca)

·       ¼ de taza del líquido de coser la calabaza o agua

·       4 – 4 ½ tazas de harina corriente de trigo

·       1 taza de puré de calabaza (300 gr. Cruda)

·       1 cucharadita de sal

·       ¼ - ½ taza del líquido de cocer la calabaza o agua, extra

·       1 huevo batido

·       2 cucharaditas de agua, extra

·       Pepitas de calabaza para espolvorear  

Procedimiento

1.   •  Pintar un molde hondo de 20 cm con manteca o margarina fundida o aceite y forrar la base con papel de horno. Disolver la levadura en el líquido de cocer la calabaza o en agua; tapar con plástico transparente y dejar reposar en sitio templado 5 minutos o hasta que burbujee. Tamizar en un cuenco grande las 4 tazas de harina y la sal; añadir la calabaza, la levadura y el ¼ del líquido extra. Mezclarlo bien con una cuchara de madera y luego con las manos hasta formar una bola irregular y un poco pegajosa. Añada más líquido si queda demasiado seca, según la humedad de la calabaza.

2.   •  Pasarla a una superficie enharinada y trabajarla 10 minutos o hasta que quede homogénea y elástica; incorporar harina de la restante hasta obtener una masa fina. Pasarla a un cuenco engrasado y pintar la superficie con aceite. Tapar con plástico transparente y dejar reposar en sitio templado 1 hora o hasta que haya subido del todo.

3.   •  Golpear la masa y trabajarla de nuevo 1 minuto. Separar un trozo del tamaño de una pelota de golf. Con el resto formar una bola grande y homogénea y ponerla en el molde preparado. Extender la bola más pequeña hasta conseguir una cuerda de 35 cm de longitud. Formar con ella un nudo flojo; colocarlo sobre la masa y fijarlo con un poco de agua para que se mantenga en su lugar. Cubrir con plástico transparente y dejarlo reposar en sitio templado durante 1 hora o hasta que haya subido hasta el borde del molde.

4.   •  Precalentar el horno a 2110º (de gas, a 190º). Pintar la masa con la mezcla de huevo batido y agua extra. Esparcir las pepitas de calabaza. Hornear durante 20 minutos y después reducir la temperatura a 180º. Proseguir la cocción otros 20 minutos o hasta que esté bien hecho. Para evitar que el pan se dore en exceso, cubrirlo con papel de aluminio durante los 10 últimos minutos. Sacarlo del horno y enfriarlo sobre una rejilla metálica. Resulta delicioso servido simplemente con manteca.

Nota: El pan de calabaza se conserva hasta 3 días en un recipiente hermético y también puede congelarse.